-¿Que puedo hacer para que me perdones?
Babi sonrie para sus adentros y se cierra la chaqueta, cubriéndose
-Pregunta mejor que es lo que no deberias haber hecho para no hacerme enfadar
Chicco se acerca a ella
-Es una noche tan bonita...seria estupido malgastarla riñendo
-A mi me gusta reñir
-Ya me he dado cuenta
-Pero luego me gusta tambien hacer las paces..sobre todo eso. En cambio contigo...nose ...no consigo perdonarte
-Eso es porque no te decides. Por un lado te apeteceria estar conm
igo, por el otro no, clasico! es tipico de las mujeres
-Ves, ese "tipico" es justo lo que lo estropea todo
-Me rindo...

Sus caras estan muy cerca. Babi mira sus ojos, son muy bonitos, casi tanto como su sonrisa.
-Paz - se rinde
Chicco le abraza y le acaricia el pelo
-Esta noche estas guapisima
-¿Esta noche?
-Siempre
-Asi esta mejor
... Babi deja que la bese

oo6*

La luna se asoma, alta y pálida, por entre las ramas de un árbol frondoso. Los ruidos se oyen extrañamente lejanos...Desde una ventana llegan algunas notas de una música lenta y agradable. Un poco más abajo, las líneas blancas del campo de tenis resplandecen rectas bajo la palidez lunar y el fondo de la piscina vacía espera melancólico el verano. En el primer piso del edificio, una muchacha rubia, no muy alta, de ojos azules y piel aterciopelada, se mira indecisa al espejo.
-¿Necesitas la camiseta negra elástica de Onyx?
-No lo sé
-¿Y los pantalones azules? - grita Daniella desde su habitación
-No lo sé
-Y las mallas, ¿te las vas a poner?
Daniela está ahora en la puerta, mira a Babi. Los cajones de la cama abiertos y la ropa esparcida por doquier.
-Entonces cojo esto...
Daniella se adelanta entre algunas Superga tiradas por el suelo, todas del 37.
-¡No! Eso no te lo pones porque me gusta mucho
-Yo lo cojo de todos modos.
Babi se levanta de un salto con las manos apoyadas en las caderas.
-Lo siento, pero no me lo he puesto nunca...
-¡Podrías haberlo hecho antes!
-Si, ¿y luego me lo desbocas todo?
Daniela mira irónica a su hermana
-¿Qué?¿Estás bromeando? Mira que fuiste tu la que el otro dia se puso mi falda azul y ahora para ver mis bonitas curvas hay que ser adivino.
-¿Y qué tiene que ver?Esa la ensanchó Chicco Brandelli
-¿Qué? ¿Chicco lo ha intentado y tú no me has dicho nada?
-Apenas hay algo que contar
-No me lo creo, a juzgar por la falda
-Pura apariencia. ¿Que te parece la camisa rosa melocoton debajo de esta chaqueta azul?
-No cambies de tema, cuentame lo que pasó
-Bueno, ya sabes lo que pasa en estos casos
-No

oo5*

-¿Sabes quien es ese? - La cabeza de la hermana se asoma de repente entre los dos asientos-. Lo llaman 10 y matrícula de honor.
-A mi me parece solo un idiota.
A continuación abre el libro de latín y empieza a repasar el ablativo absoluto. Repentinamente, deja de leer y mira hacia fuera. ¿Es realmente su único problema? Por descontado, no es el que dice ese tipo. Y, de todos modos, qué más da, lo más probable es que no lo vuelva a ver. Se concentra de nuevo en su libro. El coche gira a la izquierda, hacia el Falconieri.
-Si, yo no tengo problemas y no lo volveré a ver.
No sabe, realmente, hasta qué punto se equivoca. Sobre ambas cosas.

oo4*

Verde.
El mercedes 2oo acelera hacia delante dejando que se desvanezca la sonrisa descarada de él. El padre se vuelve hacia ella.
-¿Quién era ese?¿Un amigo tuyo?
-No, papá, sólo un imbécil...
Algunos segundos después, la Honda se acerca de nuevo.
Él se agarra con la mano izquierda a la ventanilla y con la derecha da un poco de gas, procurando no hacer demasiado esfuerzo, a pesar de que con aquel cuarenta de brazo no debería suponerle un gran problema.
El único que parece tener alguno es el padre.
-Pero ¿quién es ese inconsciente? ¿Por qué se acerca tanto?
-Tranquilo, papá, yo me encargo..
Se vuelve decidida hacia él
-Oye, ¿no tienes nada mejor que hacer?
-No
-En ese caso, búscatelo
-He encontrado ya algo que me gusta
-¿Se puede saber qué es?
-Ir a dar una vuelta contgo. Venga, te llevo a la Olímpica, iremos a todo gas con la moto, luego te invito a comer y te devuelvo justo a la salida del colegio. Te lo juro.
-Me parece que tus juramentos deben de valer bien poco.
-Eso es verdad-sonríe-, ves, ya sabes muchas cosas de mí, di la verdad, te gusto ¿eh?
Ella se rie y sacude la cabeza
-Bueno, ahora basta - y abre un libro que saca de su bolsa Nike de piel-, tengo que pensar en mi verdadero y único problema.
-¿cuál es?
-La interrogación de latín
-Creía que era el sexo
Ella se da la vuelta, enojada. Esta vez ya no sonríe, ni siquiera para bromear.
-Quita la mano de la ventanilla.
-¿y donde quieres que la ponga?
Ella aprieta un botón
-No puedo decirtelo, mi padre está aquí.
La ventanilla eléctrica empieza a subir. Él espera hasta el final, antes de retirar la mano.
-Nos vemos.
No le da tiempo a oír su seco "no". Se ladea ligeramente hacia la derecha, emboca la curva, reduce la marcha y adquiere potencia desapareciendo veloz entre los coches. El mercedes continúa su recorrido, ahora más tranquilo hacia el colegio.

oo3*

El sol está ascendiendo en el cielo, es una bonita mañana. Ella se dirige al colegio, él todavía no ha ido a dormir desde la noche anterior. Un día cualquiera. Solo que ambos se encuentran en el semáforo. Y por eso ese día no será como los demás.
Rojo.
Él la mira. La ventanilla está abierta. Un mechón de pelo rubio ceniza descubre a trozos su cuello suave. Un perfil delicado pero decidido, los ojos azules, dulces y serenos, escuchan embelesados y entornados una canción. Tanta calma lo impresiona.
-¡Eh!
Ella se vuelve hacia él, sorprendida. Él le sonríe, parado junto a ella, sobre aquella moto, los hombros anchos, las manos demasiado morenas para aquella mitad de abril.
-¿Te apetece dar una vuelta conmigo?
-No, voy al colegio.
-Pues no vayas, disimula, ¿no? Te recojo ahi delante.
-Perdona.- La sonrisa de ella es forzada y falsa -. Me he equivocado de respuesta. No me apetece dar una vuelta contigo.
-Mira que conmigo te divertirías.
-Lo dudo.
-Resolvería tus problemas.
-Yo no tengo problemas.
-Ahora soy yo el que duda.

oo2*

Algunos coches al fondo del paso elevado se han detenido amenazadores en el
semáforo. Alineados como en una carrera, si no fuera por su variedad. Un Cinquecento, un new Beetle, un Micra, un coche americano no mucho mas identificable, un viejo Punto.
En el interior de un mercedes 2oo, un dedo fino de uñas diminutas y mordidas da un ligero empujón a un CD. Desde los altavoces laterales Pioneer la voz de un grupo de rock cobra vida de repente.
El coche se pone de nuevo en marcha, arrastrado por la corriente. Ella querría saber "¿Dónde está el amor?". Pero, ¿existe realmente? Al menos tiene clara una cosa: le gustaria poder deshacerse de su hermana que, desde el asiento trasero, repite una y otra vez: "Pon el de Eros, venga, quiero oir a Eros".
El mercedes pasa justo en el momento en el que ese cigarrillo, ya consumido, cae al suelo, empujado por un movimiento preciso de los dedos y ayudado por un poco de viento. Él baja los escalones de mármol, se arregla sus 5o1 y luego sube a lal Honda azul VF 75o Custom. Como por arte de magia, se encuentra entre los coches. Su Adidas derecha cambia las marchas, retiene o deja ir el motor que, potente, lo impulsa como una ola en el tráfico.


1*


'Cathia tiene el culo más bonito de Europa'. El rojo graffiti resalta con toda su desfachatez sobre una columna del puente de la avenida Francia.No muy lejos, un águila real, esculpida hace ya mucho tiempo, ha visto sin duda al culpable pero no hablará nunca. Un poco más abajo, como un pequeño aguilucho protegido por aquellas rapaces zarpas de mármol, está sentado él.

El pelo corto, casi al rape, a ras de peine y alto en el cuello como un marine, una cazadora de Levi's oscura. El cuello levantado, un Marlboro en la boca, las Ray-Ban en los ojos. Tiene aire de duro, aunque no lo necesite. Una sonrisa preciosa, a pesar de que no sean muchos los que han tenido la suerte de poder apreciarla.